Historia, arte y fe

Castellón, 23 de noviembre de 2008

Queridos diocesanos:

La Fundación de la Comunidad Valenciana ‘La Luz de las Imágenes’ vuelve a nuestra Diócesis de Segorbe-Castellón. Esta vez lo hace con tres hermosas y magnas exposiciones en los templos principales de tres emblemáticas poblaciones de La Plana de Castellón: El Salvador de Burriana, San Jaime de Villarreal y la Concatedral de Santa María. Estas tres exposiciones son tres hitos en la historia de nuestra Iglesia diocesana íntimamente unida a la historia de nuestro pueblo. El Salvador de Burriana rememora el resurgir de la fe cristiana y de la Iglesia en el siglo XIII después de la Reconquista por el Rey Jaime I. San Jaime de Villarreal nos lleva al tiempo del esplendor de la fe católica, en el Renacimiento y en el Barroco. Y Santa María de Castellón nos sitúa en la historia contemporánea de nuestra diócesis, desde la ilustración a la modernidad y las vanguardias, unas épocas de destrucción del patrimonio eclesiástico y de su reconstrucción y nueva creación gracias a la fuerza de la fe cristiana de un pueblo.

La contemplación de estos templos, de El Salvador y de San Jaime tan bellamente restaurados y recuperados, de la Concatedral reconstruida y de sus aledaños terminados, hablan ya por sí mismas de una historia y de una cultura profundamente marcadas en sus distintas épocas por la fe cristiana. Sin ella serían impensables la belleza y majestuosidad de estos monumentos arquitectónicos. Nuestra historia y nuestra cultura, se quiera o no se quiera reconocer, tienen raíces cristianas y católicas.

También los retablos, cuadros, objetos litúrgicos y demás piezas expositivas nos remiten a la vitalidad de una fe, fecunda en la creación de obras de arte, que forman ya parte esencial del acervo cultural de nuestro pueblo. Las exposiciones, que vamos a tener la dicha de visitar y contemplar, no se entenderían sin esta fecunda simbiosis entre la fe, el arte y la cultura a lo largo de los siglos. Con ser importante el valor patrimonial, histórico y artístico de los templos y de las obras expuestas, sería insuficiente quedarse en esta dimensión. No se puede olvidar que su origen, su finalidad y su fuerza creativa es siempre religiosa: en su inmensa mayoría están destinados a la evangelización y al culto, y son expresión de la fe cristiana de quienes las encargan, patrocinan o crean.

La visita a las exposiciones es una ayuda para conocer la historia y la cultura de nuestro pueblo; es una invitación a disfrutar de la belleza del patrimonio histórico-artístico. A los creyentes, además, nos ayudará a fortalecer nuestra fe en tiempos de dificultad al rememorar la vitalidad creyente de nuestros antepasados. Y a los no creyentes, la contemplación de la belleza de las obras les puede acercar a la Belleza, que no es otro sino Dios mismo. Este es mi deseo como Obispo de esta Iglesia de Segorbe-Castellón, que acoge con agradecimiento estas exposiciones y pone su patrimonio histórico-artístico al servicio del diálogo entre la fe y la cultura.

La fe cristiana no se impone, se propone. Esto ocurre también a través de las obras de arte religioso y cristiano. El fecundo diálogo entre la fe y el arte en la historia también es posible y deseable en el presente.

Con mi afecto y bendición,

+ Casimiro López Llorente
Obispo de Segorbe-Castellón

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