Manos Unidas contra el hambre

casimiro

Queridos Diocesanos:

Este año se cumplen cincuenta años, desde que las mujeres de Acción Católica de España se unían al llamamiento de 1955 de la Organización Mundial de Organizaciones Femeninas Católicas. En 1959 realizaban la primera Campaña contra el Hambre en España y nacía Manos Unidas, la Asociación de la Iglesia Católica en España para la ayuda, promoción y desarrollo del Tercer Mundo. Manos Unidas es también una ONG para el desarrollo, que se caracteriza por ser una organización de voluntarios, católica, seglar, sin ánimo de lucro y de carácter benéfico.

 

Al contemplar la historia pasada queremos dar gracias a Dios por el don que supone Manos Unidas para nuestra Iglesia y para nuestra sociedad a favor de los más pobres y de la lucha contra el hambre en el mundo. Agradecemos el trabajo de tantas personas, sobre todo mujeres, en toda España y en nuestra Iglesia diocesana y la aportación generosa de muchos, a lo largo de estos años.

Podemos decir que Manos Unidas viene escribiendo una historia de solidaridad con los hambrientos y empobrecidos de la tierra. Durante todo el año, pero sobre todo en la Campaña anual, Manos Unidas no cesa de denunciar el drama humano de los pobres que mueren de hambre, de ayudar a nuestra sociedad a tomar conciencia del escándalo del hambre en el mundo y de reunir recursos para mover a la acción concreta en proyectos específicos. No cabe duda que Manos Unidas ha sido pionera entre nosotros en la lucha contra el hambre y por el desarrollo de los más necesitados, así como en la sensibilización de nuestra sociedad del bienestar material.

El bello manifiesto de 1955, al que se adhirió Manos Unidas, sigue siendo tremendamente actual, a pesar de los años. En él podemos leer: «Sabemos, y queremos que se sepa, que existen soluciones de vida, y que si la conciencia mundial reacciona, dentro de algunas generaciones las fronteras del hambre habrán desaparecido…». Y concluye diciendo: «Declaramos la guerra al hambre».

Es cierto que se ha hecho mucho. Pero no es menos cierto que aún queda mucho por hacer. Fiel a su origen, Manos Unidas quiere seguir combatiendo el hambre. Porque, a pesar del trabajo realizado por toda la comunidad internacional y la sociedad civil concienciada, 923 millones de personas pasan hambre y cinco millones de niños mueren cada año en el mundo a causa del hambre.

El hambre es contrario al plan de Dios. En su origen hay muchas causas estructurales que hay que cambiar. Pero en la raíz aparece siempre el egoísmo y la insolidaridad en que se basan el desarrollo de los países más ricos. En muchas ocasiones, el dinero y los beneficios tienen más derechos que las personas y son puestos por delante de los derechos y la justicia que se debe a las personas. Se olvida la dignidad inherente a todos los seres humanos, por ser criaturas de Dios.

Por eso, la lucha a favor de la justicia y la vida digna pide una nueva ética mundial, basada en el destino universal de los bienes. Apoyemos a Manos Unidas en la lucha contra el hambre en el mundo.

Con mi afecto y bendición,

+ Casimiro López Llorente
Obispo de Segorbe-Castellón

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