RESTAURACION CAPILLA DE LA COMUNIÓN

 

 

Restauraciones IVC+R.Pintura Mural

José Gimeno 
Exaltación de la Eucaristía 
Capilla de Comunión Parroquia de la Sagrada Familia de La Vilavella. Castellón 


Estudio histórico
La capilla de comunión de la Parroquia de la Sagrada Familia de La Vilavella, construida en 1864 por Vicente Martí Salazar, posee unas interesantes pinturas murales que decoran su cúpula y bóvedas, las cuales han sido restauradas gracias a la colaboración conjunta de la citada Parroquia, el Ayuntamiento de La Vilavella, la Diputación de Castellón y la Generalitat Valenciana, a través del Instituto Valenciano de Conservación y Restauración de Bienes Culturales.

Las pinturas fueron realizadas por José Gimeno en 1958, como puede verse en la inscripción que figura en una de las pechinas. El tema representado es una exaltación de la Eucaristía. Así, en un rompimiento de gloria con multitud de nubes y querubines podemos ver, en el centro compositivo, la Santísima Trinidad y en el eje un ángel portador de una custodia con la radiante Sagrada Forma, mientras a ambos lados un ángel turiferario la inciensa y otro hace ademán de adoración, mientras que en el otro extremo tenemos un ángel músico flanqueado por sendos ángeles, uno que lleva las espigas y el otro las vides para la elaboración de las sustancias eucarísticas. En los laterales podemos ver unos medallones con unas alegorías eucarísticas en las que se representa: una fuente de la que beben dos ciervos, que simboliza a Cristo como fuente de agua viva, y los ciervos representan el alma de los fieles, según el Salmo bíblico, que beben de ella, es decir de la Eucaristía, para garantizarse la vida eterna; un pez enrollado en la caña de un ancla, que simboliza la esperanza de la salvación en Cristo por medio de la comunión de su cuerpo; un racimo de uvas de cuyo jugo se llena un cáliz dispuesto sobre una mesa junto a unos panes y espigas, es la alusión más directa a las sustancias eucarísticas convertidas en el cuerpo y sangre de Cristo durante el sacrificio de la Misa; y un pelícano picoteando su pecho para alimentar a sus crías, que según el Physiologus latinus vio en esta ave un símbolo del amor de Cristo hacia sus hijos, pues este pájaro ama tanto a sus polluelos que al abrazarlos los mata, al tercer día se picotea el costado y con su sangre los alimenta y les devuelve a la vida, al igual que Cristo que nos dejó su cuerpo sacramentado como alimento espiritual para la vida eterna.

Las pinturas están ejecutadas como si el artista estuviese pintando un lienzo, es decir unos colores de base, bien modulados, y unos retoques de pincelada suelta y vibrante encima que resaltan el color y los efectos de la luz.

Estado de conservación

Toda la superficie de las pinturas murales presentaba un aspecto oscurecido debido a la formación de una gruesa capa de polvo y suciedad.

Esta capa, que presentaba espesores distintos según las zonas, era especialmente evidente en los colores más claros y en las zonas de molduras.
La composición se basaba principalmente en partículas carbonosas, yeso y otras sustancias de naturaleza más o menos grasa. Éstas últimas, potencian la adhesión de todas estas sustancias a la capa pictórica.

Su presencia se debe a procesos de combustión de velas, así como a procesos naturales de acumulación de suciedad. Y aunque pueda parecer que esta capa de suciedad provoca solamente daños de tipo estético, su implicación en procesos físico-químicos de alteración de las pinturas no debe menospreciarse. De hecho, puede alterar los normales procesos de evaporación y transpiración de las pinturas.

En algunas zonas, se han detectado manchas o alteraciones cromáticas que podrían deberse a filtraciones de humedad. De hecho en el arco de la entrada, es más que evidente la presencia de eflorescencias salinas. También hay zonas afectadas por grietas de cierta entidad y pequeños faltantes.

Proceso de intervención

El primer paso antes de abordar la intervención directa de restauración, ha sido la documentación fotográfica del estado de conservación de las pinturas mediante tomas fotográficas con luz natural, luz rasante, luz ultravioleta, reflectografía IR, etc, 

También se han realizado los estudios científicos necesarios para conocer la composición exacta de los materiales utilizados por el autor, así como su estado de conservación. Todo ello con el fin de programar una actuación de restauración con los materiales y técnicas idóneos para estas pinturas.

La primera intervención ha consistido en la eliminación de la capa de polvo y suciedad que se ha depositado sobre la superficie de las pinturas. Esta fase de trabajo se ha abordado mediante brochas blandas y micro-aspiración en una primera fase, que se ha continuado mediante el uso de goma wishab. Con este sistema, que se ha aplicado por todas las superficies implicadas, se ha eliminado la capa de suciedad menos adherida.

De similar composición, pero con un grado de adhesión a la capa pictórica mucho mayor, se ha detectado una segunda capa que se ha eliminado con empacos de agua destilada previa interposición de papel japonés. A partir de aquí, esta capa de suciedad se ha eliminado totalmente dejando a la vista una superficie pictórica cubierta por una fina capa de barniz satinado. El barniz no presentaba signos de oxidación, sin embargo se detectó la presencia de amplias zonas con manchas de color marronáceo que pudieran deberse a alteraciones cromáticas por infiltración de humedad; infiltraciones que de hecho se dieron antes de intervenir la cubierta.

Con el objeto de eliminar estas manchas, se realizó el test de Wolbers hasta identificar el producto más idóneo para la eliminación de esta capa, que se aplicó con hisopo previa interposición de papel japonés.

Por lo que respecta al sistema de limpieza de las molduras, como durante las catas realizadas se ha identificado oro fino en hoja aplicado sobre bol rojo, la eliminación de la capa de suciedad se ha abordado utilizando una emulsión grasa.

Finalizada la fase de limpieza tanto en la policromía como en las molduras, se han consolidado las zonas con grietas y se han estucado las reducidas áreas con pérdidas de capa pictórica, para su reintegración cromática.

Todos los trabajos de restauración citados siguen los criterios de mínima intervención, máximo respeto por el original, reversibilidad y compatibilidad de los materiales.

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